martes, 25 de marzo de 2014

Indispensables, que no favoritas

Hace no mucho, una persona no habitual en mi entorno me preguntó algo. Algo que no te esperas de alguien a quién acabas de conocer. "¿Cuales son tus costumbres?", me dijo. Me quedé como ese momento en el que Hermione no tiene más remedio que congelar al pobre Neville Longbottom. No estaba segura de haber entendido la pregunta; me pareció tan extraña como la primera vez que ví a Johnny Deep encarnar a un personaje no extravagante.

Me pregunté si A. era extranjero y quería saber si me gusta la paella, la siesta o si digo '¡olé!' como quien dice 'hola', pero sabía de buena tinta que no. Así que, como siempre he pensado que una buena pregunta llevará a una buena respuesta, eso fue precisamente lo que hice, preguntar. Aunque no me llevé ninguna sorpresa, resultó ser como todo lo demás. ¿Qué es lo que te gusta hacer?

Después de un rato intentando escoger las palabras adecuadas, solo me vino una cosa a la mente; cine. Me encanta el cine. Disfruto tanto como Peter en su querido país de 'Nunca Jamás', así que ahora, ya sabéis el motivo por el que hago esto.

He de decir que tengo ciertas costumbres en lo que a cine se refiere, ciertas 'tradiciones peliculeras'.

1. Love Actually 

¡Qué predecible! Creedme cuando os digo que puedo ser cualquier cosa. Cualquier cosa, menos predecible. No me gusta porque esté ambientaba en Navidad, ni porque la escena de amor más tierna y desinteresada que he visto nunca forme parte de ella, ni porque Hugh Grant sea uno de los protagonistas (que sería una buena razón, dicho sea de paso). No, no me gusta por ninguna de esas razones, que también. Me gusta porque la comparto con alguien, con una persona que no veo desde hace mucho tiempo. Así que todos los 1 de Enero (después de la noche de las noches y de la peor resaca del año) me pongo de acuerdo con G. y la vemos juntos, aunque estemos lejos, muy lejos.

Es por estas cosas y muchas otras, que sé que el amor está en todas partes. En los que ya conocemos, en las mil y una posibilidades de conocer a alguien que no esperabas, y en los que alguna vez formaron parte de tu vida. Un día al año, las cosas dejan de ser blancas y negras para dar paso a colores que pensabas que no existían.
 
'Love actually is all around'

2. Forrest Gump

Espectacular. Desde Tom Hanks hasta la banda sonora. Mi película favorita de todos los tiempos. No en vano, tengo una gran amiga que me llama Bubi.

No solo muestra como un 'tonto' puede superar todos los obstáculos, sino que nos da a todos una lección de cómo debería ser el amor de verdad. Sin complejos, sin inteligencia, ni edad. Enseña que el destino no está escrito, que se puede cambiar. Tiene encanto, emoción y narra una historia cual caja de bombones, disparatada y sin saber qué deparará el destino al tierno Forrest. Es una historia muy ingenua con un toque precioso de personalidad. Y además de todo eso, es divertida y triste. Un drama perfecto.

No es exactamente una tradición, pero suelo verla una vez al año para recordar por qué me gusta tanto.

Recuerdo la primera vez que la ví. Era un día lluvioso y yo no tenía más que unos 6 años, pero ya entonces lloré desconsoladamente. 

'Bubba was my best good friend. And even I know that ain't something you can find just around the corner'

3. Cinderella Man 

He de reconocer que sabía de la existencia de esta película desde su estreno, pero nunca me habia animado a verla porque la trama me parecía pobre e insulsa. Me había equivocado completamente. No solo consiguió emocionarme, sino que me mantuvo en vilo hasta el último minuto.

La primera vez que la vi pensé que hacía mucho tiempo que no veía una película que me moviese tanto por dentro. El valor de Braddock al atreverse a pedir dinero y dejar su dignidad a un lado demuestra una vez más la grandeza de Crowe. ¡Qué gran actor!, ¡qué gran película! Creo que a todos nos gustaría ser Cinderella Man por un día.

He visto varias películas sobre el arte del boxeo, pero ninguna como esta. A lo largo de toda la historia, sientes su miseria, su entereza y su dolor con cada golpe. Y sus ganas de seguir adelante. Así es cómo debería tomarse todo deportista su medio de vida; sin pretensiones, luchando por lo que se tiene, viviendo al día y sabiendo que puede que mañana la suerte no esté de tu lado. 

 Tengo un amigo que fue boxeador, él fue quien me la recomendó. Supongo que es lo que me une a él. Puede que me guste por eso, o puede que no. Lo que sí sé es que, desde entonces, la he visto dos o tres veces. Aún no es una costumbre, pero acabará siéndolo. Estoy segura.
 
Lo único poco destacable es la interpretación de Renée Zellweger, lo cual no quiere decir que ella no me guste. En contraposición me encontré con un Russel Crowe inmejorable (como siempre) y con una película que a mi parecer está muy infravalorada. ¡Os sorpenderá!


'Necesito creer que puedo controlar nuestras vidas. Que si las cosas están mal, podemos cambiarlas'

4. Orgullo y prejuicio

Sin duda, uno de mis metrajes preferidos. He de decir que por lo general detesto a Keira Knightley, pero con esta película me retracto de mi opinión. Su papel hace más que justicia a la Elizabeth Bennet de Jane Austen. Su personaje es elocuente y tenaz, todo lo que una mujer de hoy en día querría ser. Aunque al final se deje nublar por los encantos del Sr. Darcy, no la puedo culpar por ello; yo también me hubiera dejado engatusar. Pero dejando aparte el componente romántico, las conversaciones entre ambos resultan apasionantes, vibrantes y mucho más que amenas, frescas con respecto a todo el romanticismo. Keira es algo más que hiriente, y sutil al mismo tiempo, pero él no cesa en su deseo de amarla.

La película te atrapa desde el primer plano y no te suelta hasta el desenlace. La fotografía y la banda sonora tampoco tienen ningún desperdicio. Y una vez más he podido disfrutar de una Judi Dench excelente, que en este caso se llega a ver ensombrecida por una Elizabeth Bennet prodigiosa. Una historia de amor de las de siempre, despojada de todo deseo carnal.

La veo cada vez que no sé qué ver. Ese es mi pecado, tenerla en tan baja consideración.


 'He luchado contra el sentido común, contra las expectativas de mi familia, su inferioridad social, mi posición y circunstancias. Pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que ponga fin a mi agonía'  



Estas películas no son las únicas que creo indispensables. Hay muchas otras. Muchísimas. 
Aunque no tan predecibles, he de decir.

Hasta pronto, 
B.

lunes, 17 de marzo de 2014

Para todos los públicos


Leí hace unos meses que habría nueva película de Disney para el año 2014. Pensé en dibujos o, en su defecto, en niños. El título tampoco me decía mucho, así que me dispuse a ver el tráiler sin mucho entusiasmo. El resultado fue el que menos cabía imaginar. Descubrí “Al encuentro de Mr. Banks”; y sí, me entusiasmé. La idea de contar la historia de Mary Poppins me pareció una genialidad. 

¿Qué niño no soñó con que la maravillosa institutriz fuese la suya propia? 

Pasaron los meses y yo seguía pensando en mi querida Mary. Pero para mi desgracia, por unos motivos u otros, no la he disfrutado hasta hace un par de días.

Sinopsis:
Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, 'Mary Poppins', que finalmente fue llevada a la gran pantalla por Julie Andrews en 1964 .

 
“Viento del este y niebla gris, anuncia que viene lo que ha de venir. No me imagino lo que va a suceder, mas lo que pase ahora ya pasó otra vez”. Qué acierto tan grande es empezar una película con una simple frase y una melodía perfectamente equilibradas.

Me ha transportado a esa época en la que Hollywood era considerada una “fábrica de sueños” y me ha hecho comprender que muchas veces juzgo las películas únicamente por su cara externa. Parece que hoy en día todas las películas tratan de lo mismo. Que si chica conoce a chico, que si te cuento una historia en la que todo empieza fatal y en menos de dos horas de repente todo es maravilloso, y así podría seguir todo el bendito día. Pero de pronto me encuentro películas como esta, en la que a alguien (por fin) se le ocurre hablar sobre la trastienda del cine. Y me tengo que callar. No hay mejor forma de callarme que rebatiéndome con algo como esto. 
 
Se divide en dos partes. Una, en la que el casi naufragio del estreno de “Mary Poppins” es palpable. Y otra, mucho más tierna y dura, sobre una niña a la que no le queda más remedio que crecer por diversos acontecimientos que tienen lugar en su vida. 



Vale, no es una película magnífica. Lo reconozco. Pero es sencilla, sin florituras. Cuenta una historia con mucho encanto, y eso es lo que a mi me gusta. Ya basta de melodramas y complicaciones. Muchos deberían tomar ejemplo del director Hancock. Ya lo hizo con “The blind side”, y lo que consiguió fue mostrar a una Sandra Bullock como no ha habido otra. Ni Gravity ni leches. Sutileza y brillantez, ¿es que acaso pido tanto? Puede que sí, puede que no. Yo seguiré soñando con la idea de que algún día la industria cinematográfica deje de centrarse en lo comercial.

Disney se caracteriza por sus películas para todos los públicos. Pues bien,  no creo que este sea el caso. A mi parecer el 'para todos los públicos' se pasa bastante de largo. Pero que cada uno saque su propia conclusión.

Eso sí, está inspirada en hechos reales. Me encantan los hechos reales. Siento debilidad por este tipo de películas. 
 
En cuanto a los actores, me he encontrado a una Emma Thompson incisiva, hilarante, locuaz y, a veces, incluso tierna. Ella misma, sin decir nada, relata el amor que se puede llegar a profesar por un padre, el sentimiento de culpabilidad, el agradecimiento y la redención.

Me encantan esas películas donde vemos una evolución en el personaje, y con la Sta. Travers el resultado es enternecedor.

Colin Farrel, padre de la pequeña niña, tampoco me ha dejado indiferente. 

Hanks, alias Walt Disney, es correcto. Bastante decepcionante. Supongo que será porque siempre espero mucho del que, para mí, es uno de los mejores actores de nuestro tiempo. Ese que hizo que Forrest Gump se convirtiera en mi película favorita, que llorara tan frívolamente por primera vez, y que riera como si fuera el último día de mi vida. Pero también tengo que decir que al final, su personaje deja la extravagancia que muchos dicen que caracterizó a Disney. Transforma toda esa fachada en una humanidad increíble, que tanto caracteriza a Tom Hanks. 

¡Ah! Se me olvidaba. La BSO, ¡chapó! Bendito Thomas Newman. 


En resúmen, si tengo que ser objetiva la tacharé de largometraje correctamente comercial. Pero no lo soy. Así que la tacho de tierna, amena y encantadora. Con una aparición bastante estelar de Thompson y una banda sonora que quita el hipo. Muy recomendable para una tarde de manta y sofá.



Hasta pronto, 
B.