sábado, 26 de abril de 2014

La segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer

Cadena perpetua

Andy Dufresne (Tim Robbins) es un banquero condenado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer y el amante de ésta. Poco a poco se gana el respeto de los demás reclusos y la amistad de Red (Morgan Freeman), que dirige el mercado negro de la prisión. Andy adquiere ciertos privilegios por resolver problemas fiscales a los guardias así como al alcaide, para quien organiza una extensa red de corrupciones políticas.Andy se entera por otro recluso de que el verdadero asesino de su mujer está encerrado en otro penal, por lo que pide que se reabra su caso. El alcaide ordena entonces asesinar a este nuevo recluso para evitar la marcha de Andy y que salgan a la luz sus sucios negocios. A partir de ese momento Andy pierde todos sus privilegios, por lo que decide jugarse el todo por el todo y aprovecha los servicios que el alcaide todavía requiere de él para recuperar su honor y su libertad.


En este caso, no tengo mucho interés en alabar esta gran película, ya que habla por sí sola. Si aún no han tenido el placer de verla, ¡háganlo! Sino se estarán perdiendo una de las grandes del cine. Al margen de los muchos tópicos carcelarios (ataques homosexuales y abuso carcelario, entre otros), es una película muy fresca, con diálogos que envuelven al espectador y de gran trascendencia en el mundo del séptimo arte. 

Me interesa más hablar sobre el valor de la amistad. Como le ocurre a nuestro protagonista Andy, cuando ya no te queda nada por lo que luchar, solo somos capaces de soñar con una vida mejor.   Esperanza y amistad. Las dos cosas que mueven el mundo. Ni el dinero, ni la felicidad, pues todo eso llega en uno u otro momento. O no. Lealtad, inteligencia, perseverancia, justicia, amor incondicional. Todo eso y mucho más es lo que se puede extravasar de esta película. Pienso en todos esos momentos en los que me la han recomendado y en todos esos otros en los que la he visto entre mis películas pendientes, y me doy cuenta de cuan paciente he sido todo este tiempo. ¿Cómo he podido resistirme? Hacía muchísimo tiempo que no veía nada igual. Un metraje que no deja indiferente a nadie, que me recuerda a todo el buen cine de los 80 y 90.  Qué poco hacía falta para que el resultado fuera una película sublime dejando a un lado los efectos especiales, el vestuario y todo lo demás. Haciendo únicamente algo grandioso de un par de más que grandes actores. 


Siempre me han gustado ese tipo de obras en las que el narrador en off es uno de los personajes, pero que me gusten no quiere decir que siempre sean acertadas. En este caso, con cada palabra he sentido la profundidad de su significado y el sentimiento que se ha puesto en cada letra. Puede que incluso me haya resultado algo sobrecogedora en ciertos momentos, llegando a embriagarme, incluso haciendo que olvidase la dureza de la situación. Maravillosa, sublime, con un reparto de quitar el hipo y una amistad que va más allá de las fronteras, de la edad y por supuesto, mucho más allá del interés.
 
De nuevo, tengo el placer de alabar al gran Thomas Newman (al igual que hice en el post sobre 'Al encuentro de Mr.Banks') por una gran BSO. 


Stockholm
Una noche, en una discoteca, ves a una chica, te enamoras de manera fulminante y se lo dices. Aunque no te hace mucho caso, pasas con ella el resto de la noche y termináis en la cama. ¿Qué ocurriría si, al día siguiente, no fuera la chica que parecía ser? Una noche, en una discoteca, se te acerca el típico chico que dice que se ha enamorado de ti. No le haces caso, pero después compruebas que no es el típico plasta, es simpático, encantador y realmente se ha enamorado de ti; así que pasas la noche con él. ¿Qué ocurriría si al día siguiente no fuera en absoluto el chico que parecía ser?


El cine español comienza a estar entre mis planes de tarde de domingo, algo que pensé que nunca llegaría a poder decir. Una vez más vuelvo a tener esperanza en la industria del cine español con una película como esta: independiente y de bajo presupuesto.

Los cambios de escena son más bien escasos, pero es que además resultan totalmente innecesarios. No recuerdo haber visto una película de semejante sencillez, que se basa casi únicamente en dos personas que mantienen una conversación y que además hace al espectador mantenerse en vilo a lo largo de toda su duración. No podría dejar de mencionar la fotografía, clara, sencilla y más que acertada para una película de esta índole.

Me gusta la idea de una industria en la que se denuncian, o simplemente se tienen en cuenta, problemas a los que se enfrentan muchos jóvenes de hoy en día. Comienza como cualquier historia de chico conoce a chica, al principio bastante predecible, que cuenta como dos personas que no se conocen de nada 'se gustan'. Pero hacia la mitad, se rompe con gran elegancia y una fragilidad infinita. Muy acertadamente los nombres de los protagonistas quedan ocultos, asemejando las fugaces relaciones que se viven, en las que uno no sabe nada del otro, y toda esa superficialidad que mueve a las personas.
 

Tengo la impresión de que no dejará indiferente a nadie, haciendo que el espectador, tras el fin, se quede durante algo más que unos minutos pensando en todo lo que acaba de ver, llegando en algunos casos a no llegar a entender del todo el mensaje de la película. Incluso habrá gente que piense que ha sido toda una decepción. Es cierto, cada uno aprecia el tipo de cine que le gusta. Sin embargo, al igual que yo se la dí, merece que se le de una oportunidad. 

En resumen, un retrato generacional sobre lo poco que nos tenemos en cuenta unos a otros, sin olvidarme de mencionar a dos actores amateur que me han sorprendido siempre para bien.



Hay muchas cosas que me gustan del cine, pero lo que más disfruto es, sin duda, el poder soñar. El poder volver a ser un niño otra vez, sumergiéndonos en el mundo de Nunca Jamás, donde la segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer es todo lo que importa. Sin nada más, sin problemas. Quizá es este también el motivo por el que disfruto tanto el cine clásico, donde la magia de Hollywood se palpaba en cada mirada, cada gesto y cada palabra de los personajes. 

Hasta pronto,

B.

domingo, 20 de abril de 2014

Las dos caras de la moneda

 "El amor es sufrido y considerado, nunca es celoso. El amor nunca es jactancioso o engreído, nunca es grosero o egoísta, nunca se ofende ni es resentido. El amor no haya placer en los pecados de los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a excusar, confiar, esperar y soportar todo lo que venga."
 -Un paseo para recordar-

El amor se presenta en nuestras vidas de maneras muy diversas, y llega a sacar lo peor y lo mejor de nosotros. Por amor, ¿qué estarías dispuesto a hacer? Personalmente, he visto de todo: engaños, mentiras, sacrificio, generosidad, egoísmo, ... Da miedo, nos hace débiles, marchitos, vigorosos, da la vida y la peor forma de sufrimiento. Todo al mismo tiempo. Pero al igual que el dolor, el amor deja ver nuestra esencia, nuestra más escondida debilidad. Y eso puede ser bueno o malo, pero así es como es y como debe ser la condición humana. De otro modo, ¿valoraríamos la felicidad?


Philomena 
Martin Sixsmith es un cínico y descreído periodista caído en desgracia que, un buen día, se encuentra con la historia de su vida: Philomena Lee, una humilde pero siempre bienintencionada mujer de setentaytantos años que se ha pasado los últimos cincuenta buscando a su hijo. La historia de Philomena es una que ha tratado de ser silenciada durante medio siglo y habla de cómo la estricta sociedad de la época le robó a su recién nacido y la condenó a ingresar en un convento como castigo por quedarse embarazada tan joven. Ahora el periodista y la anciana pero valerosa mujer decidirán unir sus fuerzas y se embarcarán en un viaje inolvidable entre dos continentes en busca de la verdad y de la justicia, y que les cambiará a ambos para siempre.


Yo me pregunto: ¿se puede querer a alguien a quién realmente no has llegado a conocer? Me vienen a la mente todas esas personas que mantienen relaciones vía internet, y todos esos matrimonios y diversos periplos románticos en los que realmente no se llega a conocer al otro. Se dice que hace falta toda una vida para conocer a los demás, pero en algunas ocasiones todo ese tiempo es innecesario. Solo hace falta saber una cosa: querer incondicionalmente. Y no hay otro amor más puro que el de una madre, se dice. Yo no sé lo que es eso, pero gracias a una excelente interpretación -de nuevo- de una Judi Dench que recuerda a aquella que interpretó a la reina Isabel, podemos sentirlo. Se palpa el sufrimiento que alberga a lo largo de esta adaptación al libro 'The lost child of Philomena Lee'. 
  
Aún no me puedo creer que no hace tanto tiempo, tan solo unas décadas, ocurriesen semejantes barbaridades como la que le aconteció a esta mujer. Privar a una madre de la compañía de su hijo, nada más y nada menos que por parte de unas monjas, que más que ser crueles, recuerdan a la peor combinación posible entre Maléfica y la madrasta de Blancanieves. Y menos aún concibo que se prive a una mujer de más de setenta años de saber qué fue lo que el destino le deparó a su hijo. 


Espero que la verdadera Philomena esté contenta con lo que se ha hecho con su triste historia, porque así debería ser. No se podría haber elegido a nadie mejor para interpretarla. Judi Dench encarna el papel de una mujer dura, con una gran fortaleza y en muchas ocasiones hilarante, pero por encima de todo eso, hace de Philomena una mujer entrañable, tierna, perseverante, capaz, respetuosa y con una capacidad de perdonar como no se ha visto otra igual.  

He de añadir que la fotografía, a su manera, me ha parecido espléndida. Nos enseña, una vez más, los parajes más reconditos de la campiña inglesa expuestos desde un punto de vista exquisito.

Vale la pena ver películas como esta, que nos enseñan que el mundo ha llegado a ser más cruel de lo que es ahora. Vale la pena conocer el sufrimiento aunque sea a través de una película cuyas únicas pretensiones son entretener y recaudar. Lo mejor de todo es que está basada en hechos reales, contada por un periodista que no creía en las historias de interés humano y que, sin embargo, no encontró otra opción que no fuera meterse de lleno en esta increíble historia.




Her 
En un futuro no muy lejano Theodore, un escritor solitario, adquiere un moderno sistema operativo diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para sorpresa de Theodore este iniciará una relación sentimental con dicho sistema operativo. Esta historia poco convencional mezcla ciencia-ficción y romance, en un relato que explora la naturaleza del amor y las formas en que la tecnología al mismo tiempo nos aísla y nos conecta a todos.


¿Hay gente incapaz de amar o gente que no se deja querer? Yo no creo que pueda haber alguien en el mundo que no quiera a nadie. Soy una total y absoluta defensora de que el amor, como forma de amistad mueve al mundo. En cuanto a que hay gente que no se deja querer, es del todo cierto. Theodore, el protagonista de esta historia, es un claro ejemplo. Un hombre sólo, cuya mujer le abandona precisamente por no darse a conocer y ¿cómo se puede querer a alguien sin conocerlo? De nuevo me remito al amor incondicional, pero en el caso de esta historia se habla del amor pasional, del que eliges para compartir toda una vida. Los divorcios no siempre se basan en que dos ya no se quieran, sino en que dos ya no comparten la misma visión de pareja, de futuro, de vida.  

Joaquin Phoenix es uno de mis actores favoritos, y una vez más ha conseguido que recuerde el por qué. Interpreta el papel de un hombre amable, listo, con complejos, con una gran capacidad de amar y profundamente emocional. Lo más raro de todo es que sabe querer, pero no deja que le quieran. Reconozco que en esta ocasión se trata de un personaje cuya excentricidad es atípica, en una película aún más atípica si cabe. Es por eso que lo llaman cine de autor.


Cine de autor sin ningún tipo de duda. Pero, ¿qué es el cine de autor? Muchos hablamos de ello, pero la mayoría ni siquiera sabemos de lo que estamos hablando. El cine de autor es ese cine tan raro, que muchas veces no entendemos, ese que deja a algunos impresionados y a otros como si se hubieran comido un pan sin sal. Es ese tipo de arte en el que el autor da una visión bastante particular y peculiar de un guión generalmente propio. Véase la referencia de Hitchcock. Entiendo que es un tipo de cine que no gusta a todo el mundo y que no siempre deja un buen sabor de boca, pero de vez en cuando está bien salir de la monotonía, de las películas claras, para dar paso a otras que nos hacen reflexionar. Es por eso y por muchas otras cosas, por las que yo le doy siempre un voto de confianza al cine de autor. 


En resumen, dos metrajes muy parecidos y diferentes a la vez, que como yo pretendía nos muestran dos formas de amor tan dispares como sobrecogedoras. Se presentan como dos películas con todo y nada en común, como las dos caras de una misma moneda. Por un lado nos encontramos el amor incondicional, ese que no se elige; y por otro, el amor necesitado y desesperado, que en cierto modo no da lugar a elección. 

Hasta pronto, 

B.

domingo, 6 de abril de 2014

Con fecha de caducidad

¿Qué es una historia de amor en la vida real? Una serie de hechos que se sobrevienen casi sin darte cuenta, en los que acabas casi siempre jodidamente enamorada de alguien que dice ser lo que no es. Te encuentras sumida en una profunda agonía y deseos encontrados que no te dejan respirar. Tampoco comer ni dormir, y esas malditas mariposas siempre acechando cual león a su presa. Todo para que acabes peor de lo que estabas antes de conocer al mayor capullo de la historia.

Ahora, ¿qué es una historia de amor en el mundo del cine? Parece que para los cineastas hollywodienses y los que no lo son, se trata siempre de una serie de hechos idílicos, casi poéticamente narrados, en los que se llega al éxtasis, al fin, a la guinda del pastel. Maldita ironía.

¿Alguna vez habéis tenido esa sensación de querer hacer algo y no saber por qué? A mi me ocurre a menudo y la mayor parte de las veces la cago. Pero esta vez ha resultado ser una cagada muy interesante. Comedia romántica, española para ser concretos. Sé lo que que estáis pensando: basura por partida doble. Lo que significa que he de ser muy contundente con mis argumentos para que al menos se os pase por la cabeza querer ver esta película. Espero conseguirlo, al menos lo intentaré.

Sinopsis
Ruth (Inma Cuesta), una joven investigadora en una universidad, asiste a las sucesivas bodas de sus ex, de los que fueron sus "hombres de su vida", sin que ella consiga encontrar a su media naranja. ¿Hay algo peor que tu ex novio se case con otra y te invite a su boda? Sí, que te pase tres veces en un mes, no saber decir que no, y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario. Un alérgico al compromiso, un surfista pasado de rosca y un transexual convertido en pibón... Tres ex novios para tres bodas. Un cóctel explosivo para Ruth, que tendrá que enfrentarse a su pasado y decidir con quién quiere compartir su futuro.



Antes de nada, he de confesar algo. Veo muchas películas de comedia romántica, demasiadas incluso. Puede que para suplir mi falta de 'vida amorosa'. El caso es que me gustan, me gustan en las frías tardes de invierno, cuando no me apetece pensar en nada. Cuando quiero sentir que en el mundo las cosas pueden ir bien.

'3 bodas de más' es una película atípica que es lo que en un principio, tras ver el tráiler, me resultó interesante. Atípica como comedia romántica, pero no como comedia española. Es grotesca en muchos momentos, pero a la vez hilarante. De esas con las que te ríes a carcajadas, cosa que no me pasa muy a menudo. Sin embargo, en los momentos en los que la trama se torna seria se pierde toda la magia del momento. Este es el problema de este tipo de metrajes, que tienen un único fin. Ese único fin es entretener, hacer reír al espectador sin olvidarnos del componente romántico. Supongo que la mezcla entre el típico humor español y el romance es lo que me ha resultado atractivo. En otro momento de mi vida, diría casi total seguridad que es un bodrio. Y lo es, pero es un bodrio muy atractivo.


Se podría decir que la trama se divide en tres partes cuyo centro es siempre Ruth. Por una parte la vida que envuelve a nuestra protagonista se centra en una serie de penosos intentos de encontrar desesperadamente al hombre de sus sueños, frustrados por una madre excéntrica y duramente sincera. Por otro lado están las bodas de sus ex novios, que no hacen más que confirmar la triste vida que lleva Ruth. Y para finalizar, su carrera tampoco acompaña a su felicidad, ya que sus intentos de ser una persona independiente y con éxito caen en el olvido gracias a una jefa poco amable y bastante irónica. Parece que lo único que vaya bien en su vida es la relación de amistad que mantiene con su becario, que es nada más y nada menos que el atractivo Martín Rivas. 

Para mi gusto, lo que hace interesante esta película, dejando a un lado la comicidad, es precisamente Martín Rivas. Le he visto crecer como actor desde la televisión gallega, y creo sinceramente que lo ha hecho en muchos aspectos. Tampoco es que sea un actorazo, vamos a ver, estamos hablando de cine español. Siento menospreciarlo, pero es que hasta el día de hoy hay muy pocas películas que me hayan impresionado gratamente. Dejando a un lado 'El Orfanato', 'Abre los ojos', 'Los otros' y 'Lo imposible' descarto todo el cine español. Además, en dos de ellas, los actores ni siquiera son españoles. Por algo será. 


Inma Cuesta, Rossy de Palma, Paco León  y Quim Gutiérrez. Me quedo con dos de ellos. Paco León y la gran sorpresa de este metraje, Rossy de Palma. Del primero poco puedo decir, la verdad es que no me sorprende que me haya gustado, resulta tan agradable como siempre verle en pantalla. En cuanto a la madre de Ruth, Rossy de Palma, puedo decir que se trata de una mujer sin pudor, con respuesta para todo y con una vitalidad impresionante. Todos y cada uno de los momentos en los que entra en escena son agradables, casi grandiosos. Inma Cuesta y Quim Gutiérrez, por otra parte, son sosos, predecibles y están sobreactuados durante casi todo el metraje. Ni siquiera entiendo cómo a la gente le puede gustar semejante personaje como es Quim. Tampoco entiendo por qué gusta Mario Casas, pero al menos resulta agradable a la vista.

A veces tengo la impresión de que este tipo de historias tienen fecha de caducidad, que acabaremos viendo únicamente películas con un poco de fondo y que aporten algo a nuestras insulsas vidas. Pero es entonces cuando recuerdo que no somos todos iguales, que a unos nos gusta el drama y a otros la acción. Aunque yo no pueda entenderlo. 

No voy a destacar nada con respecto a la banda sonora y mucho menos sobre la fotografía. '3 bodas de más' es correcta, cumple el fin para el que se hizo y no dice nada nuevo. En conclusión, un fin predecible y poco logrado, con escenas para partirse de risa y perfecta para cualquier descanso tras muchas horas de estudio o trabajo. 

 

Pronto os traeré novedades,

B.

martes, 25 de marzo de 2014

Indispensables, que no favoritas

Hace no mucho, una persona no habitual en mi entorno me preguntó algo. Algo que no te esperas de alguien a quién acabas de conocer. "¿Cuales son tus costumbres?", me dijo. Me quedé como ese momento en el que Hermione no tiene más remedio que congelar al pobre Neville Longbottom. No estaba segura de haber entendido la pregunta; me pareció tan extraña como la primera vez que ví a Johnny Deep encarnar a un personaje no extravagante.

Me pregunté si A. era extranjero y quería saber si me gusta la paella, la siesta o si digo '¡olé!' como quien dice 'hola', pero sabía de buena tinta que no. Así que, como siempre he pensado que una buena pregunta llevará a una buena respuesta, eso fue precisamente lo que hice, preguntar. Aunque no me llevé ninguna sorpresa, resultó ser como todo lo demás. ¿Qué es lo que te gusta hacer?

Después de un rato intentando escoger las palabras adecuadas, solo me vino una cosa a la mente; cine. Me encanta el cine. Disfruto tanto como Peter en su querido país de 'Nunca Jamás', así que ahora, ya sabéis el motivo por el que hago esto.

He de decir que tengo ciertas costumbres en lo que a cine se refiere, ciertas 'tradiciones peliculeras'.

1. Love Actually 

¡Qué predecible! Creedme cuando os digo que puedo ser cualquier cosa. Cualquier cosa, menos predecible. No me gusta porque esté ambientaba en Navidad, ni porque la escena de amor más tierna y desinteresada que he visto nunca forme parte de ella, ni porque Hugh Grant sea uno de los protagonistas (que sería una buena razón, dicho sea de paso). No, no me gusta por ninguna de esas razones, que también. Me gusta porque la comparto con alguien, con una persona que no veo desde hace mucho tiempo. Así que todos los 1 de Enero (después de la noche de las noches y de la peor resaca del año) me pongo de acuerdo con G. y la vemos juntos, aunque estemos lejos, muy lejos.

Es por estas cosas y muchas otras, que sé que el amor está en todas partes. En los que ya conocemos, en las mil y una posibilidades de conocer a alguien que no esperabas, y en los que alguna vez formaron parte de tu vida. Un día al año, las cosas dejan de ser blancas y negras para dar paso a colores que pensabas que no existían.
 
'Love actually is all around'

2. Forrest Gump

Espectacular. Desde Tom Hanks hasta la banda sonora. Mi película favorita de todos los tiempos. No en vano, tengo una gran amiga que me llama Bubi.

No solo muestra como un 'tonto' puede superar todos los obstáculos, sino que nos da a todos una lección de cómo debería ser el amor de verdad. Sin complejos, sin inteligencia, ni edad. Enseña que el destino no está escrito, que se puede cambiar. Tiene encanto, emoción y narra una historia cual caja de bombones, disparatada y sin saber qué deparará el destino al tierno Forrest. Es una historia muy ingenua con un toque precioso de personalidad. Y además de todo eso, es divertida y triste. Un drama perfecto.

No es exactamente una tradición, pero suelo verla una vez al año para recordar por qué me gusta tanto.

Recuerdo la primera vez que la ví. Era un día lluvioso y yo no tenía más que unos 6 años, pero ya entonces lloré desconsoladamente. 

'Bubba was my best good friend. And even I know that ain't something you can find just around the corner'

3. Cinderella Man 

He de reconocer que sabía de la existencia de esta película desde su estreno, pero nunca me habia animado a verla porque la trama me parecía pobre e insulsa. Me había equivocado completamente. No solo consiguió emocionarme, sino que me mantuvo en vilo hasta el último minuto.

La primera vez que la vi pensé que hacía mucho tiempo que no veía una película que me moviese tanto por dentro. El valor de Braddock al atreverse a pedir dinero y dejar su dignidad a un lado demuestra una vez más la grandeza de Crowe. ¡Qué gran actor!, ¡qué gran película! Creo que a todos nos gustaría ser Cinderella Man por un día.

He visto varias películas sobre el arte del boxeo, pero ninguna como esta. A lo largo de toda la historia, sientes su miseria, su entereza y su dolor con cada golpe. Y sus ganas de seguir adelante. Así es cómo debería tomarse todo deportista su medio de vida; sin pretensiones, luchando por lo que se tiene, viviendo al día y sabiendo que puede que mañana la suerte no esté de tu lado. 

 Tengo un amigo que fue boxeador, él fue quien me la recomendó. Supongo que es lo que me une a él. Puede que me guste por eso, o puede que no. Lo que sí sé es que, desde entonces, la he visto dos o tres veces. Aún no es una costumbre, pero acabará siéndolo. Estoy segura.
 
Lo único poco destacable es la interpretación de Renée Zellweger, lo cual no quiere decir que ella no me guste. En contraposición me encontré con un Russel Crowe inmejorable (como siempre) y con una película que a mi parecer está muy infravalorada. ¡Os sorpenderá!


'Necesito creer que puedo controlar nuestras vidas. Que si las cosas están mal, podemos cambiarlas'

4. Orgullo y prejuicio

Sin duda, uno de mis metrajes preferidos. He de decir que por lo general detesto a Keira Knightley, pero con esta película me retracto de mi opinión. Su papel hace más que justicia a la Elizabeth Bennet de Jane Austen. Su personaje es elocuente y tenaz, todo lo que una mujer de hoy en día querría ser. Aunque al final se deje nublar por los encantos del Sr. Darcy, no la puedo culpar por ello; yo también me hubiera dejado engatusar. Pero dejando aparte el componente romántico, las conversaciones entre ambos resultan apasionantes, vibrantes y mucho más que amenas, frescas con respecto a todo el romanticismo. Keira es algo más que hiriente, y sutil al mismo tiempo, pero él no cesa en su deseo de amarla.

La película te atrapa desde el primer plano y no te suelta hasta el desenlace. La fotografía y la banda sonora tampoco tienen ningún desperdicio. Y una vez más he podido disfrutar de una Judi Dench excelente, que en este caso se llega a ver ensombrecida por una Elizabeth Bennet prodigiosa. Una historia de amor de las de siempre, despojada de todo deseo carnal.

La veo cada vez que no sé qué ver. Ese es mi pecado, tenerla en tan baja consideración.


 'He luchado contra el sentido común, contra las expectativas de mi familia, su inferioridad social, mi posición y circunstancias. Pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que ponga fin a mi agonía'  



Estas películas no son las únicas que creo indispensables. Hay muchas otras. Muchísimas. 
Aunque no tan predecibles, he de decir.

Hasta pronto, 
B.

lunes, 17 de marzo de 2014

Para todos los públicos


Leí hace unos meses que habría nueva película de Disney para el año 2014. Pensé en dibujos o, en su defecto, en niños. El título tampoco me decía mucho, así que me dispuse a ver el tráiler sin mucho entusiasmo. El resultado fue el que menos cabía imaginar. Descubrí “Al encuentro de Mr. Banks”; y sí, me entusiasmé. La idea de contar la historia de Mary Poppins me pareció una genialidad. 

¿Qué niño no soñó con que la maravillosa institutriz fuese la suya propia? 

Pasaron los meses y yo seguía pensando en mi querida Mary. Pero para mi desgracia, por unos motivos u otros, no la he disfrutado hasta hace un par de días.

Sinopsis:
Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, 'Mary Poppins', que finalmente fue llevada a la gran pantalla por Julie Andrews en 1964 .

 
“Viento del este y niebla gris, anuncia que viene lo que ha de venir. No me imagino lo que va a suceder, mas lo que pase ahora ya pasó otra vez”. Qué acierto tan grande es empezar una película con una simple frase y una melodía perfectamente equilibradas.

Me ha transportado a esa época en la que Hollywood era considerada una “fábrica de sueños” y me ha hecho comprender que muchas veces juzgo las películas únicamente por su cara externa. Parece que hoy en día todas las películas tratan de lo mismo. Que si chica conoce a chico, que si te cuento una historia en la que todo empieza fatal y en menos de dos horas de repente todo es maravilloso, y así podría seguir todo el bendito día. Pero de pronto me encuentro películas como esta, en la que a alguien (por fin) se le ocurre hablar sobre la trastienda del cine. Y me tengo que callar. No hay mejor forma de callarme que rebatiéndome con algo como esto. 
 
Se divide en dos partes. Una, en la que el casi naufragio del estreno de “Mary Poppins” es palpable. Y otra, mucho más tierna y dura, sobre una niña a la que no le queda más remedio que crecer por diversos acontecimientos que tienen lugar en su vida. 



Vale, no es una película magnífica. Lo reconozco. Pero es sencilla, sin florituras. Cuenta una historia con mucho encanto, y eso es lo que a mi me gusta. Ya basta de melodramas y complicaciones. Muchos deberían tomar ejemplo del director Hancock. Ya lo hizo con “The blind side”, y lo que consiguió fue mostrar a una Sandra Bullock como no ha habido otra. Ni Gravity ni leches. Sutileza y brillantez, ¿es que acaso pido tanto? Puede que sí, puede que no. Yo seguiré soñando con la idea de que algún día la industria cinematográfica deje de centrarse en lo comercial.

Disney se caracteriza por sus películas para todos los públicos. Pues bien,  no creo que este sea el caso. A mi parecer el 'para todos los públicos' se pasa bastante de largo. Pero que cada uno saque su propia conclusión.

Eso sí, está inspirada en hechos reales. Me encantan los hechos reales. Siento debilidad por este tipo de películas. 
 
En cuanto a los actores, me he encontrado a una Emma Thompson incisiva, hilarante, locuaz y, a veces, incluso tierna. Ella misma, sin decir nada, relata el amor que se puede llegar a profesar por un padre, el sentimiento de culpabilidad, el agradecimiento y la redención.

Me encantan esas películas donde vemos una evolución en el personaje, y con la Sta. Travers el resultado es enternecedor.

Colin Farrel, padre de la pequeña niña, tampoco me ha dejado indiferente. 

Hanks, alias Walt Disney, es correcto. Bastante decepcionante. Supongo que será porque siempre espero mucho del que, para mí, es uno de los mejores actores de nuestro tiempo. Ese que hizo que Forrest Gump se convirtiera en mi película favorita, que llorara tan frívolamente por primera vez, y que riera como si fuera el último día de mi vida. Pero también tengo que decir que al final, su personaje deja la extravagancia que muchos dicen que caracterizó a Disney. Transforma toda esa fachada en una humanidad increíble, que tanto caracteriza a Tom Hanks. 

¡Ah! Se me olvidaba. La BSO, ¡chapó! Bendito Thomas Newman. 


En resúmen, si tengo que ser objetiva la tacharé de largometraje correctamente comercial. Pero no lo soy. Así que la tacho de tierna, amena y encantadora. Con una aparición bastante estelar de Thompson y una banda sonora que quita el hipo. Muy recomendable para una tarde de manta y sofá.



Hasta pronto, 
B.