sábado, 26 de abril de 2014

La segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer

Cadena perpetua

Andy Dufresne (Tim Robbins) es un banquero condenado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer y el amante de ésta. Poco a poco se gana el respeto de los demás reclusos y la amistad de Red (Morgan Freeman), que dirige el mercado negro de la prisión. Andy adquiere ciertos privilegios por resolver problemas fiscales a los guardias así como al alcaide, para quien organiza una extensa red de corrupciones políticas.Andy se entera por otro recluso de que el verdadero asesino de su mujer está encerrado en otro penal, por lo que pide que se reabra su caso. El alcaide ordena entonces asesinar a este nuevo recluso para evitar la marcha de Andy y que salgan a la luz sus sucios negocios. A partir de ese momento Andy pierde todos sus privilegios, por lo que decide jugarse el todo por el todo y aprovecha los servicios que el alcaide todavía requiere de él para recuperar su honor y su libertad.


En este caso, no tengo mucho interés en alabar esta gran película, ya que habla por sí sola. Si aún no han tenido el placer de verla, ¡háganlo! Sino se estarán perdiendo una de las grandes del cine. Al margen de los muchos tópicos carcelarios (ataques homosexuales y abuso carcelario, entre otros), es una película muy fresca, con diálogos que envuelven al espectador y de gran trascendencia en el mundo del séptimo arte. 

Me interesa más hablar sobre el valor de la amistad. Como le ocurre a nuestro protagonista Andy, cuando ya no te queda nada por lo que luchar, solo somos capaces de soñar con una vida mejor.   Esperanza y amistad. Las dos cosas que mueven el mundo. Ni el dinero, ni la felicidad, pues todo eso llega en uno u otro momento. O no. Lealtad, inteligencia, perseverancia, justicia, amor incondicional. Todo eso y mucho más es lo que se puede extravasar de esta película. Pienso en todos esos momentos en los que me la han recomendado y en todos esos otros en los que la he visto entre mis películas pendientes, y me doy cuenta de cuan paciente he sido todo este tiempo. ¿Cómo he podido resistirme? Hacía muchísimo tiempo que no veía nada igual. Un metraje que no deja indiferente a nadie, que me recuerda a todo el buen cine de los 80 y 90.  Qué poco hacía falta para que el resultado fuera una película sublime dejando a un lado los efectos especiales, el vestuario y todo lo demás. Haciendo únicamente algo grandioso de un par de más que grandes actores. 


Siempre me han gustado ese tipo de obras en las que el narrador en off es uno de los personajes, pero que me gusten no quiere decir que siempre sean acertadas. En este caso, con cada palabra he sentido la profundidad de su significado y el sentimiento que se ha puesto en cada letra. Puede que incluso me haya resultado algo sobrecogedora en ciertos momentos, llegando a embriagarme, incluso haciendo que olvidase la dureza de la situación. Maravillosa, sublime, con un reparto de quitar el hipo y una amistad que va más allá de las fronteras, de la edad y por supuesto, mucho más allá del interés.
 
De nuevo, tengo el placer de alabar al gran Thomas Newman (al igual que hice en el post sobre 'Al encuentro de Mr.Banks') por una gran BSO. 


Stockholm
Una noche, en una discoteca, ves a una chica, te enamoras de manera fulminante y se lo dices. Aunque no te hace mucho caso, pasas con ella el resto de la noche y termináis en la cama. ¿Qué ocurriría si, al día siguiente, no fuera la chica que parecía ser? Una noche, en una discoteca, se te acerca el típico chico que dice que se ha enamorado de ti. No le haces caso, pero después compruebas que no es el típico plasta, es simpático, encantador y realmente se ha enamorado de ti; así que pasas la noche con él. ¿Qué ocurriría si al día siguiente no fuera en absoluto el chico que parecía ser?


El cine español comienza a estar entre mis planes de tarde de domingo, algo que pensé que nunca llegaría a poder decir. Una vez más vuelvo a tener esperanza en la industria del cine español con una película como esta: independiente y de bajo presupuesto.

Los cambios de escena son más bien escasos, pero es que además resultan totalmente innecesarios. No recuerdo haber visto una película de semejante sencillez, que se basa casi únicamente en dos personas que mantienen una conversación y que además hace al espectador mantenerse en vilo a lo largo de toda su duración. No podría dejar de mencionar la fotografía, clara, sencilla y más que acertada para una película de esta índole.

Me gusta la idea de una industria en la que se denuncian, o simplemente se tienen en cuenta, problemas a los que se enfrentan muchos jóvenes de hoy en día. Comienza como cualquier historia de chico conoce a chica, al principio bastante predecible, que cuenta como dos personas que no se conocen de nada 'se gustan'. Pero hacia la mitad, se rompe con gran elegancia y una fragilidad infinita. Muy acertadamente los nombres de los protagonistas quedan ocultos, asemejando las fugaces relaciones que se viven, en las que uno no sabe nada del otro, y toda esa superficialidad que mueve a las personas.
 

Tengo la impresión de que no dejará indiferente a nadie, haciendo que el espectador, tras el fin, se quede durante algo más que unos minutos pensando en todo lo que acaba de ver, llegando en algunos casos a no llegar a entender del todo el mensaje de la película. Incluso habrá gente que piense que ha sido toda una decepción. Es cierto, cada uno aprecia el tipo de cine que le gusta. Sin embargo, al igual que yo se la dí, merece que se le de una oportunidad. 

En resumen, un retrato generacional sobre lo poco que nos tenemos en cuenta unos a otros, sin olvidarme de mencionar a dos actores amateur que me han sorprendido siempre para bien.



Hay muchas cosas que me gustan del cine, pero lo que más disfruto es, sin duda, el poder soñar. El poder volver a ser un niño otra vez, sumergiéndonos en el mundo de Nunca Jamás, donde la segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer es todo lo que importa. Sin nada más, sin problemas. Quizá es este también el motivo por el que disfruto tanto el cine clásico, donde la magia de Hollywood se palpaba en cada mirada, cada gesto y cada palabra de los personajes. 

Hasta pronto,

B.

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